Sandra se há retirado a un pueblo de la costa levantina: tiene treinta años, há dejado el trabajo y, embarazada de un hombre del que no está enamorada, pasa los días intentando aplazar la decisión de qué hacer com su vida.

En la playa conoce a un matrimonio de octogenarios noruegos que la ayudan y la tratan como los abuelos que no ha tenido.

Karin y Fredrik parecen la solución a los problemas de Sandra e incluso le ofrecen un sueldo por acompañar a Karin a rehabilitación, los paseos o las compras.

Nadie diría que esas tres vidas unidas al azar constituyen la razón de ser de Julián, un anciano que sigue las idas y venidas de los noruegos.

Un día Julián aborda a Sandra y le revela detalles del pasado absolutamente insospechados.

Aunque Sandra no le da mucho crédito, poco a poco empezará a mirar de una forma nueva las costumbres, los amigos, las palabras y los silencios de la pareja de ancianos, sin darse cuenta de que está poniendo su vida en peligro.

Un subyugante relato de terror sin efectos sobrenaturales, y ante todo, un absorbente novela sobre la memoria y la redención de la culpa.